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Con suerte, el verano no terminará como comenzó. Las celebraciones de Memorial Day ayudaron a desencadenar una ola de infecciones por coronavirus en gran parte del sur y el oeste de los Estados Unidos. Y las reuniones del 4 de julio dispararon más casos de COVID.
Y ahora llega el Día del Trabajo, cuando esas regiones recién comienzan a registrar una disminución de casos. El doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, advirtió el miércoles 2 de septiembre que los estadounidenses deben tener cuidado para evitar otro aumento en las tasas de infección.
Pero la gente está cansada de quedarse en casa, y los destinos turísticos están hambrientos de dinero en efectivo.
“Aunque sea escaparte un par de horas a un hotel cercano son como unas vacaciones de verdad”, dijo Kimberly Michaels, quien trabaja para la NASA en Huntsville, Alabama, y viajó hace pocos días a Nashville, Tennessee, con su novio para celebrar el cumpleaños de él.
Kimberly Michaels y su novio Marcus Robinson manejaron desde Huntsville, Alabama, hasta Nashville, Tennessee, para celebrar el cumpleaños de Robinson. Había mucha gente cuando llegaron pero después el centro quedó vacío. Ellos no sabían que todo cerraba a las 10:30 pm.(BLAKE FARMER/WLPN)Para el final del verano, muchos gobiernos locales están levantando restricciones para resucitar la actividad turística y rescatar a las pequeñas empresas.
Nashville, por ejemplo, dio luz verde a las tabernas ambulantes, permitiendo que los bares sobre ruedas, impulsados a pedal por humanos, salgan a las calles nuevamente.
“No son el grupo favorito de Nashville, francamente. Pero la justicia requiere que se lleve a cabo este cambio de protocolo”, dijo el alcalde John Cooper, y señaló la dramática reducción de nuevos casos en la ciudad. Lo que llevó a que la primera semana de septiembre se elevara el límite de personas permitido en bodas, funerales y otras ceremonias.
En Virginia, Virginia Beach trató de ser indulgente con sus restaurantes en crisis durante el fin de semana festivo. Pero el gobernador Ralph Northam rechazó las súplicas del alcalde, basándose en las recomendaciones de Fauci. El principal experto en enfermedades infecciosas del país ha alentado a los gobernadores a mantener las restricciones para evitar otro aumento de casos relacionado con las vacaciones.
“A veces, cuando comenzamos a eliminar las restricciones, la gente tiene la impresión de ‘Oh, eso debe significar que es seguro’”, dijo la epidemióloga Melissa McPheeters de la Universidad de Vanderbilt. “Queremos asegurarnos de no dar esa impresión, porque esta enfermedad sigue aquí”.
De hecho, algunas comunidades han vuelto a imponer restricciones, especialmente para el fin de semana largo. Santa Barbara, en California, ha prohibido tomar sol en la playa para evitar otro aumento de casos.
Círculo vicioso: escuelas y COVID
También hay un nuevo factor X en el último fin de semana festivo del verano. En muchos estados, las escuelas han reanudado las clases en persona. Por lo tanto, las familias y los amigos que se encuentran ahora tienen más probabilidades de exponerse mutuamente al virus, incluso si intentaron mantenerse en un círculo cerrado durante el verano.
“Si esas burbujas ahora tienen niños que regresaron a la escuela y están interactuando con otros o han regresado a los deportes y la burbuja se ha expandido, es menos probable que estén en una reunión que sea segura”, explicó la epidemióloga Bertha Hidalgo de la Universidad de Alabama-Birmingham.
Y, sin embargo, vale la pena intentar estar juntos de manera segura, preferiblemente al aire libre, dijo Hidalgo. La experta aseguró que la salud mental de las personas necesita un impulso para pasar los próximos meses.
“Si puedes hacer las cosas de manera segura ahora, antes que llegue el invierno y el clima frío, entonces serás más resistente para superar los malos momentos que puedan venir”, opinó.
En destinos como Nashville que han dado la bienvenida a los visitantes durante la pandemia, el turismo no se ha recuperado por completo. Pero algunas noches de fin de semana, el distrito turístico colmado de luces de neón puede atraer multitudes.
La primera semana de septiembre, Vaj Vemulapalli y su novia, de Dallas, regresaron a su hotel después de sentirse incómodos con lo apretada que estaba la gente.
“Extrañamos la interacción social, ir a bares”, dijo. “Pero al final del día, nuestra postura general es que no vale la pena adquirir COVID-19 sólo por beber”.
Sin embargo, esas multitudes tienen límites, como descubrieron Kimberly Michaels y el cumpleañero Marcus Robinson. Ellos llegaron a Nashville con máscaras y listos para tener una fiesta responsable. Pero después de registrarse en su hotel, descubrieron que todo tenía que cerrar a las 10:30pm.
“Es una locura. Era como una zona en penumbras”, contó Robinson. “Entramos [al hotel], las calles estaban llenas. Nos cambiamos, salimos y nos preguntamos ‘¿a dónde fueron todos? ¿Pasó algo?’ No sabíamos nada porque no somos de aquí”.
Aún así, a medida que pasa el tiempo, algunos viajeros están dispuestos a correr más riesgos para volver a actividades que sienten normales.
Suzette Ourso vive en las afueras de Nueva Orleans y voló a Nashville para su primer viaje fuera de la ciudad desde la pandemia. Dijo que es cautelosa y usa su máscara cuando está cerca de alguien.
“Ahora tengo desinfectante de manos en mi bolso. Nunca lo había tenido antes”, dijo. “Pero puedes morir mañana viajando en tu vehículo. Así que tampoco puedes vivir tu vida con miedo”.
Ourso tiene planeado un viaje a la playa para finales de septiembre.
Esta historia es parte de una alianza entre Nashville Public Radio, NPR y Kaiser Health News.