En 2018, una serie de leyes estatales impidieron que una clínica de Planned Parenthood en Columbia, Missouri, siguiera practicando abortos. Poco después, la clínica envió parte de su equipamiento a otros estados donde el aborto seguía siendo accesible.

Las sillas especiales, los equipos quirúrgicos y la iluminación de la clínica de Missouri —equipo costoso y en perfectas condiciones— todavía podían ser útiles en otros centros de salud administrados por la misma filial, Planned Parenthood Great Plains, en sus otros tres estados.

Gran parte del equipo viajó a Oklahoma, donde la organización estaba en proceso de expansión, según explicó la directora ejecutiva, Emily Wales.

Cuando, unos años más tarde, Oklahoma prohibió el aborto, llegó el momento de reubicar de nuevo esos equipos. Es probable que una parte terminara en Kansas, reflexiona Wales, porque allí la organización había abierto dos nuevas clínicas en poco más de dos años. El acceso al aborto está protegido en la Constitución del estado y la demanda ha aumentado muchísimo.

Las clínicas de Kansas atienden regularmente a pacientes provenientes de Texas, Misuri, Oklahoma, Arkansas e incluso Luisiana, ya que, para muchas personas del sur de Estados Unidos, Kansas es ahora el estado más cercano donde pueden obtener un aborto legal.

Al igual que los equipos que debieron ser trasladados de estado en estado, también las pacientes que necesitan interrumpir un embarazo viajan por todo Estados Unidos para sortear el mosaico de leyes que prohibieron el aborto a partir de la sentencia de la Corte Suprema en el caso Dobbs contra Jackson Women’s Health Organization.

El fallo de la Corte dejó en manos de los estados las políticas sobre el aborto. Desde entonces, 14 estados promulgaron prohibiciones a la práctica que contemplan unas pocas excepciones, mientras que otros han restringido el acceso.

Por el contrario, desde 2020, los estados que no adoptaron prohibiciones han visto un aumento del 11% en los abortos asistidos por médicos, según el Instituto Guttmacher, una organización nacional sin fines de lucro que apoya el derecho al aborto.

Este instituto informa que, en 2023, más de 170,000 personas viajaron fuera de su estado para realizar el procedimiento.

El aumento en el número de abortos no se atribuye únicamente a los desplazamientos de un estado a otro. También influyó la expansión de la telesalud, que ha permitido realizar abortos farmacológicos sin que sea necesario viajar. Esto ha favorecido el aumento de los abortos autogestionados, especialmente aquellos en los que se utiliza el medicamento mifepristona.

Isaac Maddow-Zimet, analista de datos del Instituto Guttmacher, destacó que el aumento en los índices de abortos en los últimos años se explica por personas que viven en estados donde no hay prohibiciones absolutas. Este fenómeno se dio a medida que se expandieron los recursos disponibles y se facilitó el acceso.

 “Esto refleja, en muchos sentidos, que el acceso al aborto tampoco era perfecto antes del fallo Dobbs”, afirmó Maddow-Zimet. “Había muchos obstáculos para recibir la atención, y uno de los mayores obstáculos era su costo”.

El año pasado, el número estimado de abortos realizados en el país superó el millón, la cifra más alta en una década, según el instituto.

De todos modos, los opositores al aborto celebraron una reducción significativa del procedimiento en los 14 estados que tienen  prohibiciones casi totales.

“Es alentador que los estados pro-vida continúen mostrando descensos masivos en la práctica del aborto, con una caída de más de 200.000 procedimientos desde el fallo Dobbs”, escribió en un comunicado Kelsey Pritchard, vocera de Susan B. Anthony Pro-Life America.

Las organizaciones que trabajan en los estados donde el aborto sigue siendo legal perciben casi de inmediato las repercusiones de cada nueva prohibición. Por ejemplo, una filial de Planned Parenthood que tiene una clínica en el sur de Illinois, informó que hubo un aumento de aproximadamente el 10% en el volumen de llamadas en mayo, durante las dos semanas posteriores a la promulgación de la prohibición del aborto a las seis semanas en Florida.

Midwest Access Coalition, un fondo con sede en Illinois que proporciona asistencia financiera y otro tipo de colaboración a personas que necesitan practicarse un aborto, experimentó una situación similar el día en que se anunció el fallo Dobbs, en junio de 2022.

“Nuestra línea telefónica estaba desbordada”, afirmó Alison Dreith, directora de alianzas estratégicas de esa organización.

Las personas que llamaban no sabían qué significaba exactamente el fallo de la Corte Suprema ni tampoco cómo afectaba sus posibilidades de interrumpir el embarazo, explicó Dreith. Ni siquiera entendían si se iban a mantener las citas que ya tenían programadas.

Midwest Access Coalition ayuda a las personas a viajar para acceder a abortos en 12 estados del Medio Oeste, cuatro de los cuales ahora tienen prohibiciones totales que contemplan muy pocas excepciones.

En 2021, Midwest Access Coalition ayudó a unas 800 personas. El año siguiente, el número subió a 1.620 y en 2023 llegó a 1.795. Parte de ese aumento puede atribuirse al crecimiento natural de la organización, que existe solo desde hace alrededor de una década, argumentó Dreith. Pero también es un testimonio de la calidad de su trabajo.

Esta entidad cubre cualquier medio de transporte que sea necesario para llevar a las pacientes hasta las clínicas. Esto incluye una colaboración con otra organización sin fines de lucro en Illinois, que cuenta con pilotos voluntarios dispuestos a transportar a las pacientes en vuelos privados a través de las fronteras estatales para que puedan tener un aborto.

“También reservamos y pagamos habitaciones de hotel”, dijo Dreith. “Y damos dinero en efectivo para los gastos de alimentación y para cuidado infantil”, agregó.

La National Network of Abortion Funds, una coalición de grupos que ofrecen asistencia logística y financiera a las personas que quieren tener un aborto, informó que las donaciones aumentaron después del fallo Dobbs.

Los miembros de esta red registraron un aumento del 39% en las solicitudes de ayuda en 2023, el año posterior al fallo. En ese período pudieron ayudar económicamente a 102.855 pacientes, que residían tanto en el propio estado como en otros lugares. Sin embargo, desde entonces se ha producido un “asombroso descenso” de las donaciones.

El aumento en la conciencia sobre las opciones para abortar, impulsado por la catarata de noticias sobre el tema desde la decisión en el caso Dobbs, puede haber contribuido al aumento general en los abortos, opinó Maddow-Zimet.

Ambas partes esperan la próxima ronda de resoluciones políticas sobre el aborto, que los votantes decidirán en noviembre. Las iniciativas electorales en por lo menos una decena de estados podrían consagrar el derecho al aborto, ampliando el acceso, incluso en dos estados que hoy tienen prohibiciones integrales.

“Se perderán vidas con la eliminación de las leyes que protegen anualmente a más de 52.000 niños no nacidos”, escribió Pritchard, de Susan B. Anthony Pro-Life America, citando un análisis en la página web del grupo.

Mientras tanto, Wales dijo que sus clínicas en Kansas no tienen suficientes turnos para atender a todas las personas que se acercan para solicitar un aborto.

En los primeros días tras el fallo sobre Dobbs, recordó Wales, sólo el 20% de las personas que llamaron a la clínica pudieron hacer una cita.

La organización ha ampliado y renovado sus instalaciones en todo el estado, incluidas las de Wichita, Overland Park y Kansas City, Kansas. La clínica más reciente se inauguró en agosto en Pittsburg, a sólo 30 millas de Oklahoma.

Pero incluso considerando toda la capacidad que han agregado, Wales sostiene que su organización sólo podrá responder a la demanda de la mitad de las personas que solicitan ayuda.

“Hemos hecho todo lo que pudimos para aumentar nuestra capacidad de atención”, explicó Wales. “Pero aun así resulta insuficiente porque no ha sido posible reemplazar los recursos de muchos estados que prestaban atención a sus comunidades y han dejado de hacerlo”, concluyó.

Esta historia fue producida por KFF Health News, conocido antes como Kaiser Health News (KHN), una redacción nacional que produce periodismo en profundidad sobre temas de salud y es uno de los principales programas operativos de KFF, la fuente independiente de investigación de políticas de salud, encuestas y periodismo.